Mostrando entradas con la etiqueta novela. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta novela. Mostrar todas las entradas

sábado, 28 de julio de 2018

Lejos del corazón

Image result for lejos del corazón lorenzo silva

Image result for lejos del corazón lorenzo silva

Lorenzo Silva
Planeta, 2018

Seis años ha que leí mi primer libro de Bevilacqua, mi primer libro de Lorenzo Silva.  Entonces la excusa fue un premio literario, este año una celebración con números redondos: 20 años de la saga. Bendita sea cualquier excusa que me lleve a sumergirme de nuevo en la vida áspera del investigador de la Guardia Civil Rubén Bevilacqua. Ruda existencia que no surge solo de las pérdidas que te produce el tiempo, ya peina canas, sino también de su afición, casi masoquista, a no regalarse ninguna auto-indulgencia, a examinar su biografía con la misma severidad con que interroga a un sospechoso. Tanto auto-examen no le conduce, como en los clásicos de la novela negra, a la bebida, a las mujeres fatales y a la violencia, sino a las lecturas filosóficas, un hombre cultivado, otra diferencia con los clásicos, y a las canciones tristes:
Por uno que regresa, y te trae una rosa, miles se han olvidado de ti
Gianna Nannini
La trama viaja esta vez al estrecho de las noticias, el de las lanchas de miles de caballos, del contrabando de tabaco con Gibraltar, de los fardos de droga de Marruecos, de las pateras que llegan a las playas y de las que no llegan. Sin embargo, el autor crea con toda esta actualidad únicamente el escenario. El actor principal de la obra es la ciberdelincuencia. Esos delitos que raramente aparecen en el telediario, esos criminales jóvenes, niños bien, de conciencia limpia, que no dan miedo.
Hay algo siniestro en la despersonalización del daño -dije-. El buen Dios no debería dejar que se pueda joder a otro sin verle llorar, sin oír sus gritos, sin sentir su sudor y cargarlo en la memoria.
Una crítica a nuestra falta de responsabilidad por todo lo que somos capaces de hacer desde una pantalla del móvil, con un click. Ojos que no ven... daño que parece que no se comete.
Brillante novela. Ligera novela. 
Otro ejercicio de minuciosa y seca descripción del trabajo policial de la Guardia Civil. De los verdes. De los picoletos. De los txakurras. Sin persecuciones de coches, sin ensaladas de tiros, sin súper héroes, para eso ya está Ethan Hunt, que también tiene su punto. Solo personajes de carne y hueso. Solo situaciones creíbles. Nada más y nada menos. 
Un poco a lo John le Carré.

lunes, 28 de diciembre de 2015

El sueño del celta

adi1323.jpg (311×500)



Martio-Vargas-Llosa-Premio-Nobel-de-Literatura.-Google-Images.jpg (2362×1581)



Mario Vargas Llosa
Editorial Alfaguara, 2010.


Mario Vargas Llosa hace fácil la difícil tarea de novelar la realidad. Una rápida comparación entre El sueño del celta y otros intentos parecidos como Un día de cólera de Arturo Pérez Reverte, convierten a esta última estupenda novela en rígida y encorsetada, en contraste con la ligereza y agilidad de la primera. MVLL Combina con asombrosa naturalidad los hechos históricos, los datos verificables, nombres, lugares, fechas, con la invención de sentimientos, amistades, fobias, sueños personales, que permiten al autor no sólo perfilar y dar a conocer al lector los distintos personajes, sino también inducir emociones que lleven a la creación de uniones afectivas entre el lector y el personaje de su obra. La presencia de estos vínculos afectivos son los que consiguen que esta obra traspase los límites de una biografía novelada y se transforme en una auténtica novela. Si no conoces de antemano al personaje, el cónsul británico Roger Casament, ni los hechos que le rodean, denuncias de las crueldades cometidas en la extracciones de caucho del Congo y de la Amazonía, así como su implicación en el Alzamiento de Pascua de los nacionalistas irlandeses, disfrutas del libro como si fuera una historia imaginada más. Pero aunque busques información sobre las personas y sobre los hechos relatados en el libro, no puedes evitar preguntarte constantemente, pero ¿estos personajes tan reales, tan tangibles, existieron de verdad?
El libro empieza y termina en el mismo sitio: en la prisión de Pentonville, donde el protagonista estuvo recluido la mayor parte de esos meses que transcurrieron desde su captura hasta su ejecución en la horca. Mientras tanto, él va recordando aspectos de su vida pasada, como flash-backs de una película. Leo en una web que para poder narrar los acontecimientos que Roger Casament no participa, pero que son necesarios para centrar la trama, MVLL recurre a los diálogos entre Roger y las escasas visitas que recibe en la prisión. En la misma web aparece el siguiente comentario:
The Dream of the Celt succeeds at educating its readers about the worlds in which
Sir Roger Casement lived his successive lives but not about his successive personalities.
No puedo estar más en desacuerdo. Si de algo he disfrutado de este libro ha sido del descubrimiento paulatino de la complicada personalidad de Roger Casament. Un descubrimiento hecho contradicción a contradicción, hasta no dejar sin investigar ninguna arista de su carácter. Así, a medida que pasan las páginas, vamos viendo como el protagonista pasa de ser un héroe quijotesco, peleando por nobles ideales, a convertirse en un fanático nacionalista en cuyas decisiones se mezclan a partes iguales la valentía y la estupidez. En medio, vertebrando todas estas transformaciones, sus ocultas inclinaciones homosexuales, reflejadas, al parecer, en un diario que el Gobierno Británico esgrimió durante su juicio para desacreditarlo. Y lo hizo con tanto éxito que su nombre ha estado olvidado en el panteón de los mártires nacionalistas irlandeses hasta hace pocos años.
En relación con los controvertidos diarios, MVLL comenta en el epílogo que
"mi propia opinión -la de un novelista, claro está- es que Roger Casement escribió esos famosos
diarios pero no los vivió, no por lo menos íntegramente, que hay en ellos mucho de exageración
y ficción, que escribió ciertas cosas porque hubiera querido pero no pudo vivirlas".
La contradicción es un tema recurrente a lo largo de toda la obra: el protagonista un afamado diplomático, nombrado sir, encarcelado y ajusticiado por traidor; los colonizadores europeos que iban a llevar la civilización al África, la aniquila por codicia; Herbert, el amigo del protagonista, racional antinacionalista se vuelve patriota durante la Gran Guerra; Roger, un protestante, unido a nacionalistas católicos; los rebeldes irlandeses combatiendo contra otros irlandeses a los que decían defender y liberar. Hay una última contradicción más que se escapa al ámbito del libro, pero que está muy relacionado con él: la guerra civil entre irlandeses que se desencadenó nada más independizarse de Gran Bretaña y en la que el recién estrenado Gobierno Irlandés contó con el apoyo del Gobierno Británico. Irlandeses matando a otros irlandeses gracias a los ingleses. Toda una paradoja. De hecho, a mi entender, éste es en realidad el tema de la novela, la contradicción como señal, como prueba, de que una vida es auténtica y real. Si algo se nos presenta como puro, lineal, es falso, es una idealización, no una situación real.
p 355¡ Por más que uno fuera precavido y planeara sus acciones con la mayor lucidez, la vida, más compleja que todos los cálculos, hacía estallar los esquemas y los reemplazaba por situaciones inciertas y contradictorias.
p 355: Y él aquí, en una cárcel inglesa /.../ ¿No hubiera sido mejor morir allá, con esos poetas y místicos, pegando y recibiendo tiros? Su muerte habría tenido un sentido rotundo, en vez de lo equívoco que sería morir en la horca, como un delincuente común.


Uno de los aspectos que más me hacen disfrutar de los libros, tanto de las novelas como los de no ficción, cuando ocurre, es la erupción de una intensa curiosidad que me lanza inexorablemente a buscar más información fuera de la obra. Y esa búsqueda suele ser tan caótica que me arrastra, sin voluntad, como los rápidos de un río, dando saltos de un sitio a otro y me distrae, a veces, durante días y semanas, de la lectura del libro. En este caso los desencadenantes fueron las andanzas de Roger por el Congo belga, un país cuya misma existencia me había causado perplejidad desde niño; la fiebre del caucho, una de esas muchas situaciones de gran relevancia a nivel mundial en el momento que sucedieron y que el tiempo ha borrado totalmente de los libros de historia; y el nacionalismo irlandés, fuente de alguna de mis muchas contradicciones propias. Si esa curiosidad no surge, señal de que el libro no me llena demasiado.
Otra fuente de interés ha sido descubrir la rica vida intelectual que Roger Casement tuvo la suerte de disfrutar durante su corta y azarosa existencia: Alice Stopford Green, historiadora; Herbert Ward, escultor; E.D. Morel, periodista, colaboró con Roger en denunciar la esclavitud en el Congo Belga; el marino mercante polaco Konrad Korzeniowski, más tarde uno de los más famosos escritores en lengua inglesa con el nombre de Joseph Conrad, autor, entre otras, de la estupenda novela El corazón de las tinieblas, una crónica desgarrada sobre el laberinto humano de la colonización europea en territorio africano basada en el viaje que realizó con Roger por el Congo; Arthur Conan Doyle; Bernard Shaw...


Mi colección de citas:
p 238-239 El 16 de octubre de 1910 /.../ Roger Casement anotó en su diario una idea que había ido tomando cuerpo en su cabeza desde que desembarcó en Iquitos: “He llegado a la convicción absoluta de que la única manera como los indígenas del Putumayo pueden salir de la miserable condición a la que han sido reducidos es alzándose en armas contra sus amos. Es una ilusión desprovista de toda realidad creer, como Juan Tizón, que esta situación cambiará cuando llegué aquí el Estado peruano y haya autoridades /.../  En esta sociedad el Estado es parte inseparable de la máquina de explotación y de exterminio. Los indígenas no deben esperar nada de semejantes instituciones. /.../ Los irlandeses somo como los huitotos, los boras, los andoques y los muinanes del Putumayo. Colonizados, explotados y condenados a serlo siempre si seguimos confiando en las leyes, las instituciones y los Gobiernos de Inglaterra, para alcanzar la libertad. Nunca nos la darán. ¿Por qué lo haría el Imperio que nos coloniza si no siente una presión irresistible que le obligue a hacerlo? Esa presión sólo puede venir de las armas”.
p 263. Sería una experiencia lustral pasar un par de días con esa pareja amiga [Herbert Ward y Sarita, su mujer], culta, en su hermoso estudio [de París] repleto de esculturas y recuerdos africanos, hablando de cosas bellas y elevadas, arte, libros, teatro, música, lo mejor que había producido ese contradictorio ser humano que era también capaz de tanta maldad como la que reinaba en las caucherías de Julio C. Arana en el Putumayo.
p 298! -La  maldad la llevamos en el alma, mi amigo -decía, medio en broma, medio en serio-. No nos libraremos de ella tan fácilmente. En los países europeos y en el mío está más disimulada, sólo se manifiesta a plena luz cuando hay una guerra, una revolución, un motín. Necesita pretextos para hacerse pública y colectiva. En la Amazonía, en cambio, puede mostrarse a cara descubierta y perpetrar las peores monstruosidades sin las justificaciones del patriotismo o la religión. Sólo la codicia pura y dura. La maldad que nos emponzoña está en todas partes donde hay seres humanos, con las raíces bien hundidas en nuestros corazones.
p 301! Lo entristecía saber que nunca tendría un hogar como el de los De Mata, que su vida sería cada vez más solitaria a medida que envejeciera. /.../ Se moriría sin haber saboreado esa intimidad cálida, /.../ sin hijos que prolongaran su nombre y su recuerdo cuando se fuera de este mundo. [Ni falta que le hizo, ha tenido la suerte de lograr que un escritor tan bueno como Mario Vargas Llosa se fijara en su historia y la novelara de esta maravillosa manera].
p 345¡: Herbert Ward fue una de las escasas personas a quien Roger confió su decepción con Stanley, con Leopoldo II, con la idea que los trajo a África; que el Imperio y la colonización abrirían a los africanos el camino de modernización y el progreso. Herbert coincidió totalmente con él, al comprobar que la verdadera razón de la presencia de los europeos en el África no era ayudar al africano a salir del paganismo y la barbarie, sino explotarlo con una codicia que no conocía límites para el abuso y la crueldad.
p 345¡ Pero Herbert Ward nunca tomó muy en serio la progresiva conversión de Roger a la ideología nacionalista [irlandesa]. Solía burlarse de él, a la manera cariñosa que le era propia, alertándolo contra el patriotismo de oropel -banderas, himnos, uniformes [símbolos tan toscos y simples y, sin embargo, tan poderosos]- que, le decía, representaba siempre, a la corta o a la larga, un retroceso hacia el provincialismo, el espíritu de campanario y la distorsión de los valores universales. Sin embargo, ese ciudadano del mundo, como Herbert gustaba llamarse, ante la violencia desmesurada de la guerra mundial había reaccionado refugiándose también en el patriotismo como tantos millones de europeos.
p 353! Sin embargo, no todo había sido entusiasmo, solidaridad y heroísmo entre la población civil de Dublín durante la semana de combates. El monje capuchino fue testigo de pillajes en las tiendas y almacenes de Sackville Street y otras calles del centro, cometidos por vagabundos, pícaros o simplemente miserables venidos de los barrios marginales vecinos, lo que puso en una situación difícil a los dirigentes del IRB, los Voluntarios y el Ejército del Pueblo que no habían previsto esta deriva delictuosa de la rebelión. En algunos casos, los rebeldes trataron de impedir los saqueos a los hoteles, incluso con disparos al aire para ahuyentar a los saqueadores que devastaban el Gresham Hotel, pero, en otros, los dejaron hacer, confundidos por la manera como esa gente humilde, hambrienta, por cuyos intereses creían estar luchando, se les enfrentaba con furia para que la dejaran desvalijar las tiendas elegantes de la ciudad.
No sólo los ladrones se enfrentaron a los rebeldes en las calles de Dublín. También muchas madres, esposas, hermanas e hijas de los policías y soldados a los que los alzados habían atacado, herido o matado durante el Alzamiento /.../ Ésa había sido la prueba más difícil para quienes creían tener de su parte la justicia, el bien y la verdad: descubrir que quienes se les enfrentaban no eran los perros de presa del Imperio, los soldados del Ejército de ocupación, sino humildes irlandesas, cegadas por el sufrimiento, que no veían en ellos a los libertadores de la patria, sino a los asesinos de los seres queridos, de esos irlandeses como ellos cuyo único delito era ser humildes y hacer el oficio de soldado o policía con que se ganaban siempre la vida los pobres de este mundo.
p  365: Tal vez Patrick Pearse, Joseph Plunkett y los otros tuvieran razón. No se trataba de ganar sino de resistir lo más posible. De inmolarse, como los mártires cristianos de los tiempos heroicos /.../ La sangre derramada por los Voluntarios fructificaría también, abriría los ojos de los ciegos y ganaría la libertad para Irlanda.
p 390: Patrick Pearse sostenía que si no se recuperaba la lengua celta, la independencia sería inútil, pues Irlanda seguiría siendo culturalmente una posesión colonial. Su intolerancia en este dominio era absoluta.
“No hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió”
P 395¡ Sus discursos comenzaban serenos (“Soy un protestante del Ulster que defiende la soberanía y la liberación de Irlanda del yugo colonial inglés”) pero, a medida que avanzaba, se iba exaltando y solía terminar en arrebatos épicos. Arrancaba casi siempre atronadores aplausos en el auditorio.
p 395: [Roger] era uno de los dirigentes más empeñados en dotar al movimiento de un armamento capaz de apoyar de manera efectiva la lucha por la soberanía /.../ Varias veces fue enviado a Londres. Funcionaba allí un comité clandestino, presidido por Alice Stopford Green, que, además de recolectar dinero, gestionaba en Inglaterra y varios países europeos la compra secreta de [armamento] que introducía ilegalmente en Irlanda.
p 404! trabajó día y noche, escribiendo artículos y cartas, pronunciando charlas y discursos en los que, con insistencia maniática, acusaba a Inglaterra de ser causante de esta catástrofe europea y urgía a los irlandeses a no ceder a los cantos de sirena de John Redmond, que hacía campaña para que [los irlandeses] se enrolaran [en el ejército británico para luchar contra el Káiser]. El Gobierno liberal inglés hizo aprobar la Autonomía en el Parlamento, pero suspendió su vigencia hasta el fin de la guerra. La división de los Voluntarios fue inevitable: /.../ más de 50.000 Voluntarios lo siguieron [a John Redmond], en tanto que apenas once mil continuaron con Eoin MacNeill y Patrick Pearse.

martes, 18 de agosto de 2015

Rebelión en la granja

 

George Orwell
Ediciones Destino, 1978

¡Quién pillara un autor como él en nuestro siglo! ¡Qué lujo! Un defensor a ultranza de la libertad de expresión que se atrevió a escribir y a intentar publicar una obra en la que se desnuda al emperador ideológico de la época, Stalin, en un momento en que su ayuda, como aliado de Inglaterra, era vital para la supervivencia de su país frente a los ejércitos nazis. Ni siquiera esta tesitura, la propia supervivencia, le supuso un obstáculo interno para decir lo que pensaba que había que decir en ese momento y que el resto de intelectuales de izquierdas se callaba o no quería ver. A saber, que la URSS era una dictadura cruel, donde se asesinaba a la disidentes, donde la mayor marte de sus habitantes pasaban hambre y penurias en nombre de una rebelión que en realidad sólo estaba al servicio de una casta de oligarcas sin escrúpulos que vivían rodeados de todo lujo.
En vez de escribir un ácido artículo periodístico se inventó una satírica novelita, ligera, casi para niños, donde se parodia sin perdón todas las mentiras, contradicciones y atrocidades del régimen comunista ruso.
El argumento es de sobras conocido: los animales de un granja inglesa se rebelan, expulsan a su cruel dueño y deciden ser dueños de su propio destino y llevar ellos solos la granja. Un sueño igualitario donde todos los animales colaboran y donde se eliminan los vicios humanos: los animales no son como los humanos, son mejores. Elaboran una ideología llamada Animalismo, escriben en una de las paredes del granero un listado con sus principales principios, eligen un himno, diseñan una bandera... Las diversas vicisitudes que sufre tan heroica rebelión son metáforas que calcan los sucesos de la rebelión bolchevique: defenestración de Trotski, purgas de Stalin, la corrupción del Partido Comunista...
Aunque el argumento es una crítica directa al stalinismo, no creo que su valor sea tan restrictivo, y para mí es un ejemplo contra todas las dictaduras, contra todas las utopías y rebeliones que terminan por derrocar a un tirano para simplemente imponer otro. La receta del autor para luchar contra ellas es simple: libertad de expresión. A ultranza. Sin medias tintas. Sin peros. Sin excepciones. Es la única respuesta frente a las mentiras de todos los que quieren manipular a la hoy llamada opinión pública. Y esa libertad de expresión necesita cauces, libros, radios, TVs, periódicos de todo tipo y no periodistas reclutados por los partidos de turno que no van más allá de las consignas monótonas de los políticos, que no son capaces de realizar el más mínimo ejercicio de crítica hacia sus propias posiciones ideológicas. Periodistas de pesebre, bien alimentados por sus amos.

"En este país, la cobardía intelectual es el peor enemigo al que han de hacer frente periodistas y escritores en general. /.../ El hecho más lamentable en relación con la censura literaria en nuestro país ha sido principalmente de carácter voluntario. Las ideas impopulares pueden silenciarse y los hechos desagradables ocultarse sin necesidad de ninguna prohibición oficial /.../, sino porque existe un acuerdo general y tácito sobre ciertos hechos que "no deben" mencionarse. Esto es fácil de entender mientras la prensa siga tal como está: muy centralizada y propiedad, en su mayor parte, de unos pocos hombres adinerados que tienen muchos motivos para no ser demasiado honestos al tratar ciertos temas importantes."
"Su origen está claro: en un momento dado se crea una ortodoxia, una serie de ideas que son asumidas por las personas bienpensantes y aceptadas sin discusión alguna. No es que se prohíba concretamente decir "esto" o "aquello", es que "no está bien" decirlas."

viernes, 31 de julio de 2015

Cometas en el cielo


Khaled Hosseini
Ed. Salamandra, 2003

La ola de calor que nos ha achicharrado durante el final de junio y mediados de julio, ha ayudado a trasladarme mentalmente sin problemas de imaginación a los escombros secos y polvorientos del Afganistán que relata la novela.
La novela discurre por la vida del protagonista durante 3 épocas: su niñez acomodada en el Kabul anterior a la invasión rusa, su vida como inmigrante afgano en la bahía de san francisco con su anciano y enfermo padre y su regreso a Afganistán para rescatar al hijo de su mejor amigo.
La prosa del autor goza no sólo de un gran poder evocador, especialmente en cuanto a los paisajes y costumbres afganos, sino también de una enorme capacidad de emocionar, por el realismo y la sensibilidad de los sentimientos retratados: la afición a escribir del protagonista, Amir; los celos infantiles hacia su mejor amigo, el criado hazara Hassan, y las humillaciones gratuitas a las que le somete de vez en cuando para sentirse superior; su cruel y cobarde traición a Hassan; el orgullo de los viejos inmigrantes afganos en California o la brutalidad ignorante y fanática de los talibanes. La novela se mueve con gran acierto entre una nostalgia algo noña y una realidad pobre, polvorienta y a veces sangrienta, entre la infancia y la madurez del protagonista. Y en este preciso equilibrio hay una escena que chirría por su falta de verosimilitud: el rescate de Sohrab de la fortaleza del malo malísimo Assef. Un personaje fallido, plano, un malo clásico, malo por los cuatro costados, como los malos de negro de las películas del oeste, sin fisuras, sin arrepentimientos, sin signos de piedad. Un malo de estos tiempos, fanático, sin capacidad de empatía, a la espera de que cualquier período revuelto le permita servirse de su patológica crueldad para escalar escalafones de poder y usar ese poder para satisfacer su necesidad de dominar, de humillar, de provocar dolor.
Un novelón, nadie diría que es la primera obra del autor, que, desgraciadamente, ha sufrido mi característica dejadez y cuya lectura se ha extendido enormemente en el tiempo, pero que la he llevado a cabo, en realidad, en dos tacadas de un par de días cada una. Eso sí, con una separación de meses y de toneladas de excusas entre ellas.

Algunas citas
p 208 Inevitablemente la conversación desembocó en el tema del moviemiento talibán.
-¿Es tan malo como dicen? -inquerí.
-No, es peor. Mucho peor. No te permiten ser humano.
p 210 -Cuando los talibanes aplastaron y expulsaron de Kabul a la Alianza bailé literalmente en la calle /.../
-Eran héroes -concluyó Rahim Kan.
-Paz, por fin /.../ Pero, ¿a qué precio?
p222 ↓ en 1988, [los talibanes] masacraron a los hazaras de Mazar-i-Sharif.
p 238 : Como afgano que soy sabía que era mejor ser mentiroso que descortés.
p 268 : -La gente importante vive ahora aquí.
-¿Los talibanes?
-También ellos -dijo Farid.
-¿Quién más?
--Los que están detrás de los talibanes. Los auténticos cerebros de este gobierno, si quieres llamarlo así: árabes, chechenos, pakistaníes.
p 350 : Así es como los niños superan el terror. Caen dormidos.
p 368 ↓ … me pregunté si el perdón se manifestaría de esa manera, sin la fanfarria de la revelación, si simplemente el dolor recogería sus cosas, haría las maletas y se esfumaría sin decir nada en mitad de la noche.
p 369 ↓ Mientras tú estás tan ocupada tejiendo jerséis, querida, a mí me toca lidiar con la percepción que la comunidad tiene de nuestra familia.
p 370 : Sería erróneo decir que Sohrab era tranquilo. Tranquilidad es paz, calma, bajar el “volumen” de la vida.
El silencio es pulsar el botón de “off”. Apagarlo. Todo.
El silencio de Sohrab /.../ era el silencio de quien se ha refugiado en un escondrijo oscuro, de quien se ha hecho un ovillo y se ha ocultado.

El Rojo



Bernhard Kegel
Ed. Planeta, 2009

Me encontré con este libro gracias a la compañera que se encarga de la biblioteca de mi instituto. La verdad es que no las tenía todas conmigo al principio, ¿una novela de biología?, a pesar de que soy profesor de Ciencias naturales. Y de hecho el libro se quedó unos cuantos días en la mesa sin decidirme a abrirlo. Al final la vergüenza de que se terminaran las vacaciones y tuviera que devolver el libro sin leerlo me empujó definitivamente a empezarlo. Empezarlo y quedarme atrapado en él fue todo uno, a pesar del escaso interés que despierta el personaje principal, Hermann Pauli, profesor alemán experto en calamares. Ya no es sólo que el tema de su investigación sea poco atractivo, cuando se piensa en zoólogos la gente se imagina enseguida ballenas o leones, pero, ¿calamares?, ¿qué puede haber de interés en esos bichos blandos y amorfos?, sino sobre todo por su carácter pusilánime, derrotista y apagado. Tras enviudar se marcha de vacaciones a Nueva Zelanda, un lugar que ya visitó en el pasado con su mujer. Mientras se encuentra en un pueblo costero llamado Kaikoura, Nueva Zelanda, famoso entre los turistas por el negocio de avistamiento de ballenas, es testigo de un gran desastre natural: un enorme corrimiento de tierras en el lecho submarino provoca la muerte de un gran parte de la fauna marina del lugar y la aparición de un enorme calamar rojo que va a atraer por igual el interés científico y el miedo de los habitantes.
Por muy interesante que sea la trama, lo que realmente me atrajo del libro fueron los paisajes submarinos de las islas, tanto los descritos en la obra como los que la curiosidad me llevó a buscar en internet. Nueva Zelanda se encuentra en el límite de dos placas tectónicas que están chocando: al norte de las islas es la placa pacífica la que se hunde, subduce, y al sur es la placa australiana. Al hundirse las placas se doblan y dejan grandes huecos que forman las fosas abisales. Nueva Zelanda tiene varias fosas y cañones submarinos de enorme profundidad donde viven grandes calamares de los que se alimentan los cachalotes cuyo avistamiento constituye el principal atractivo turístico de la zona.
No puedo decir que todos los libros consigan despertar esa curiosidad mientras los leo.

miércoles, 1 de abril de 2015

Secretos en el techo del mundo



El autor en la presentación de su libro en el club Montañeros de Aragón,
del que somos ambos socios

Daniel Zaragoza
Círculo rojo, 2015

Segundo libro del autor y amigo, Daniel Zaragoza, que continúa con su proyecto vital de realizar 3 viajes y escribir un libro después de cada uno. Los viajes le sirven de inspiración y de documentación y ambientación de sus historias. La primera, Lo que el mar no se lleva, se basó en el devastador tsunami que arrasó Tailandia en 2004 y la escribió en su mayor parte durante un viaje que realizó a ese país. El segundo viaje fue el año pasado a la India y Nepal y el resultado literario de él es una entretenida historia de dos jóvenes novicios en el remoto, al menos visto desde las riberas del Ebro, monasterio budista nepalí de Thyangboché. La forma de vida del propio autor, resumida en su frase "la vida es para los valientes" y que en él se ha traducido en abandonar su antiguo trabajo, dedicarse a escribir, viajar sin rumbo fijo y vender sus novelas allá donde esté, impregna toda la obra. El otro puntal es la religión budista, y más ampliamente todo lo que en occidente le solemos asociar, meditación, yoga, espiritualismo, orientalismo... , y las injusticias derivadas de la invasión china del Tibet en 1950. 
Nada de todo esto es lo que me atrajo de su libro, reconozco que la serie televisiva House me hizo mucho daño, sino la historia. Desde mi punto de vista, el autor es un genial contador de historias. Sus personajes, en este caso Jamini y Tenzing y el resto de monjes del monasterio, me atraparon desde el primer momento, no por identificarme con ellos, sino por las historias que les suceden, la prueba de selección para entrar al templo, el pasado de Jamini que le encuentra por mucho que se intenta esconder de él, el viaje al monasterio tibetano donde vive el Dalai Lama... Y lo que me parece ya de nota es la forma en que consigue encajar la ficción de la novela con los hechos históricos, como el sueño de Tenzing de coronar el Everest o la ayuda de Jamini a los refugiados tibetanos desplazados en la India, y además cerrar sus novelas de una forma elegante. Cada vez más elegantemente.
No me queda más que esperar a que se embarque en su siguiente viaje y nos traiga de vuelta una nueva y atractiva historia.

viernes, 22 de agosto de 2014

Lágrimas en la lluvia



Rosa Montero
Ed. Seix Barral, 2011

Y ya, por fin, me puedo poner al día. Y con un estupendo libro, además. Es fácil acertar con Rosa Montero, 3 de 3. 3 libros leídos, el presente, Temblor e Historia del rey transparente, y los 3 me han encantado. En este caso, aunque de una manera totalmente diferente, la autora vuelve a su interés por los recuerdos, como en Temblor. El título no deja lugar a dudas para cualquier aficionado al cine, la novela se basa en muchos de los aspectos desarrollados en la película Blade Runner de Ridley Scott: la angustia existencial de los replicantes, unos seres creados por ingeniería genética a imagen y semejanza de los humanos, con algunas mejoras biológicas, con deseos parecidos, pero con una vida media mucho más corta. La angustia de la muerte propia, tan humana, el horrible precio del preciado regalo de la autoconsciencia, es inmensamente mayor en los replicantes ya que la rutina y monotonía cotidiana, ese precioso placebo, no logra engañarles de su imperativo destino, desaparecer como lágrimas en la lluvia.
El libro logra superar la falta de originalidad de partida y sumergirnos en la torturada mente de su protagonista y crear una estupenda novela negra con un trasfondo futurista y con leves toques de reivindicación medioambiental: extinción de los osos polares , cambio climático, contaminación... En ese mundo imaginario de 2109 el aire limpio y el agua son carísimos, los q no pueden pagarlos viven en ciudades altamente contaminadas, los que intentan huir y entrar en las ciudades limpias sin permiso, las polillas, se les detiene y encarcela. 
Tanto la trama, un crimen (varios reps se suicidan después de matar a otros reps y de arrancarse los ojos, todos tienen una memoria artificial implantada en su cerebro y las palabra venganza tatuada en el coxis), como el personaje principal (detective privado solitario, alcoholizada o casi, descreída del mundo, sin fe en las bondades de los humanos, reps o bichos), son los architípicos de las novelas negras, sólo que aquí ya no llevan sombreros de fieltro, ni revólveres en el bolsillo de la chaqueta, ni fuman al contraluz de una sucia ventana, sino que viven en una robotizada sociedad, mezclados con extraterrestres tan raros como los de la taberna de la Guerra de las Galaxias. Incluso la visión triste de la futura humanidad, poblada de seres superficiales y narcisistas, angustiados por los efectos estéticos que el paso del tiempo causa en los cuerpos, seres insatisfechos que buscan salir de su soledad, encaja perfectamente en el género. Y puestos a encajar, ¿que mejor explicación para las típicas soledad y alcoholismo del detective protagonista que no los resabidos divorcios o despidos de la policía, sino la existencia angustia de saber que dentro de 4 años, tres meses y veintinueve días vas a morir? 
Desde el principio me ha resultado sencillo identificarme con Bruna Huski, la protagonista, con su visceral miedo a la muerte, con su desordenada vida, con su descreímiento tan housiano, con su sorprendente apego a una mascota... De hecho si algún día me da el siroco de hacerme un tatuaje, quiero uno como el de ella. Y espero que algún día Rosa Montero se anima a convertir a Bruna en la protagonista de una saga de novelas negras y así poder convivir con ella más páginas, más tiempo. ¿No es eso lo que queremos todos, más tiempo?

Personajes:
-Bruna Huski, rep de combate, detective privado, sola, tendencias alcohólicas, inadaptada, tatuaje raya todo cuerpo, cuenta cada día los años, meses y días que le quedan de vida, mejora genética de todos los reps de combate: cóctel de hormonas antiestrés xa relajarles y q estén lúcidos en situaciones de peligro, Bruna tiene el triple de escenas en su memoria de serie q el resto de reps, eso le hace mas compleja, más humana
-Myriam Chi, líder partido MRR, Movimiento Radical Replicante, contrata a Husky, muere asesinada
-Valio Nabokov, amante y jefa de seguridad de MRR, entrada ya en su TTT
-Habib, ayudante personal de Myriam y posible nuevo líder del MRR, tb rep como todos en el partido
-Yiannis, humano, archivero, viejo que no esconde las arrugas, dolorido x la muerte de su hijo hace 49 años
-Pablo Nopal, humano memorista, rico, hastiado de vivir, busca mujer rep
-Paul Lizard, inspector de la Policía Judicial, un armario ropero
-Hericio, líder del Partido supremacista humano
-Royroy, mujer anuncio, el peor empleo, todo el día llevando encima delante y detrás publicidad q no se apaga
-Oli, enorme mujer dueña de un bar donde acuden todos los solitarios, y donde todas las sp son bien recibidas
-Mario, extraterrestre omaá, como la mascota Bartolo originalmente de Cata Caín, grandullón, lee la mente, tranquilo, necesita comer muchas calorías, no come ni carne ni pescado

Otras cosas:
-TTT tumor total hecho, mata a los reps en 10 años
-desorden TP, conjunto de alteraciones microscópicas q sufren los seres vivos al ser teletransportados, a más teleportes más riesgo de acabar con mutaciones o muerto
-dos planetas artificiales orbitando la Tierra: reino de labari, de los fanáticos de la Iglesia del último credo y el estado democrático del cosmos, del Movimiento internacional aristopopular, antirreligioso, propugna una sociedad utópica, gobernada x los más aptos, q acabara con las desigualdades
-los OTROS, los bichos, extraterrestres: gneses, balabís y omaaneses (traslúcidos)



Mis citas preferidas:

p 62 No digo q no existan conspiraciones; digo q hay muchas menos de las q la gente imagina, y q suelen ser improvisadas chapuzas, no perfectas estructuras maquiavélicas... La gente cree en las conspiraciones porque es una manera de creer, en el fondo, que el horror tiene un orden y un sentido, aunque sea un sentido malvado. No soportamos el caos, pero lo cierto es que la vida es pura sinrazón. Puro ruido y furia.
- Shakespeare...
p 155 Muchos androides acaban alcoholizados o colgados de cualquier otra droga, sin duda espoleados x esa misma amargura q Bruna no conseguía explicar del todo a Nissen. Y tb era x eso x lo q tantos reps se metían en el peligroso juego de las memas ilegales
p 168 nadie se había interesado x sus cosas [las de la tecnohumana Cata Caín], seguramente no había nadie q la recordara /.../ Una vida breve y miserable.
p 198 [el memorista había dotado] a la rep de sus propios recuerdos /.../ sobre todo porque [así] había alguien como él. Porque ya no estaba solo.
La soledad era peor q el encierro l peor q el sadismo de los compañeros del orfanato, peor q los golpes y las heridas, incluso peor q el miedo. /.../ Desde el asesinato de su padre, el memorista no había vuelto a ser necesario ni importante xa nadie. Nadie le echaba de menos. Nadie le recordaba. /.../ Era lo más parecido a no existir
p 210 -Cuncta fessa -murmuró el archivero.
-¿Cómo?
-Octavio Augusto se convirtió en el primer emperador romano xq la República le otorgó inmensos poderes. ¿Y x q hizo eso la República, x q se suicidó xa dar paso al Imperio? Tácito lo explica así: Cuncta fessa. Q quiere decir: Todo el mundo está cansado. El cansancio ante la inseguridad política y social es lo q llevó a Roma a perder sus derechos y sus libertades. El miedo provoca hambre de autoritarismo en las personas. Es un pésimo consejero el miedo.

martes, 19 de agosto de 2014

La vida imaginaria



Mara Torres
Ed. Planeta, 2012

Libro finalista de los premios Planeta 2012 de la famosa periodista del telediario de La 2 de RTVE, Mara Torres. Novela divertida y sencilla con un argumento viejo como el mundo: la ruptura de parejas. En este caso la protagonista Nata, Fortunata, se monta unas películas tremendas para no reconocer lo que todo el mundo ve menos ella: que su novio le ha abandonado para no volver. Se imagina volando hasta la casa de su ex, se imagina conversaciones con él, se imagina la reconciliación... Mientras la imaginación se desboca la realidad no le da tregua. Empujada por su amigos empieza a salir de nuevo, a frecuentar las personas que dejó de lado por su novio,a centrarse en su trabajo. Y al final el tiempo hace su trabajo cicatrizador y le permite encarar una vida nueva, sola. Sin embargo, su imaginación no deja de volar a su aire, especialmente cuando comienza una relación con un compañero de trabajo, Mario. 
La novela a pesar de no ser original en nada, se deja leer con agrado en un suspiro gracias al lenguaje sencillo y fresco que la autora ha sabido crear. No es Shakeaspeare ni un libro de autoayuda, pero es entretenido, sin más.

jueves, 14 de agosto de 2014

El vuelo de las cigüeñas



María Isabel Molina
Ed. Edelvives, 2013

Encantador librillo en forma de novela histórica dedicado al público juvenil. Especialidad marca de la casa de esta escritora a la que conocí este año en una de las charlas impartidas por escritores que se organizan en los institutos para intentar lo imposible, animar a los adolescentes a leer. La charla me dejó impresionado, un derroche de erudición y humanidad que luego deja escapar en pequeñas gotitas en sus libros, como un valioso perfume, para que se note, pero no para que canse. Y así te transporta a un tiempo y a una sociedad desconocida ya, perdida en el olvido y en los ensueños románticos del siglo XIX, sin que el lector tenga que realizar ningún esfuerzo, sólo con una breve introducción. Y ya está, ten encuentras de repente en la península ibérica en el siglo IX, disfrutando de las aventuras de un joven fraile, Gonzalo, huérfano en una de las innumerables guerras, grandes o pequeñas, en las que nobles y reyes se enzarzaban constantemente a costa de los aldeanos, el pueblo en la Edad Media, discípulo y secretario de Dulcidio, un sacerdote hombre de confianza del rey asturiano Alfonso III a quien éste le encarga que vaya a Córdoba a recoger los restos de un mártir cristiano mozárabe, San Eulogio. Allí el joven protagonista se encontrará con la ciudad más brillante de Europa, se topará con los oscuros engranajes de la alta política, se enfrentará a los recelos y orgullos de quien creía sus correlegionarios y hermanos, los mozárabes y descubrirá lo que nunca pensó hallar, el amor de una joven musulmana, Meriem, hija del visir de Córdoba y su segunda esposa, la hermosa Dama Blanca, albina, de origen cristiano, creencias en las que educa a su rebelde y decidida hija.
Una joyita, una especie de Umberto Eco en diminuto, que te deja con ganas de más, de mucho más.

viernes, 8 de agosto de 2014

El asedio



Arturo Pérez-Reverte
El Asedio
Ed. Alfaguara, 2010

Con esta novela empiezo la cuenta atrás de los libros leídos esta mitad de año. Comienzo por el último leído para no olvidarme nada y terminaré con el primero, todo al revés, como debe ser.

Leo en los periódicos que a este último trabajo de Arturo Pérez-Reverte le ha caído el premio Internacional Dragger a la mejor novela policíaca traducida y publicada en el Reino Unido. No soy quién para enmendar la plana al jurado de la CWA (Crime Writers' Association), pero la trama criminal del libro no es precisamente la que más me ha interesado. ¿Por qué? Por esos toques mágicos que Pérez-Reverte suele usar para dar lustre e interés a los aspectos de intriga de sus libros. En este caso apoyándose en erróneas hipótesis de geniales autores como Descartes o Euler, aún no falseadas en la época en la que se desarrolla la trama, comienzos del siglo XIX, el autor hace que tanto el asesino y como el investigador, sean capaces de sentir en ciertas zonas de la ciudad de Cádiz y en ciertas condiciones atmosféricas, una especie de revelación paranormal, ausencia de sonidos, enrarecimiento del aire, que sólo ellos dos pueden percibir.
Esto no impide que el personaje central de esta media parte de la novela, el comisario Rogelio Tizón, sea de los mejores logrados de la novela: su mezquindad, su falta de escrúpulos, su crueldad, su saber nadar y guardar la ropa, su pericia y prurito profesional, sus demonios interiores y sus fantasmas familiares son tremendamente humanos, cercanos, reconocibles por cualquiera y por todos. Un personaje complejo, con múltiples facetas, muchas desagradables, otras pocas atractivas, nunca totalmente infame, jamas pusilánime ni santurrón. A pesar del diseño de la portada del libro con esa silueta negra recortada con reminiscencias a brumosos y oscuros callejones londinenses, a pesar de contar como guía en todos los temas científicos a su particular Dr. Watson, el profesor Barrull, que cuando no le está desgranando libros científicos y filosóficos le machaca sin piedad al ajedrez en el café Correo, a pesar de todo eso no podía imaginarme a Tizón como un protagonista de una historia de Conan Doyle o incluso de Poe. No, a quien no paraba de recordarme una y otra vez es a Bill el Carnicero, ese brutal personaje interpretado por Daniel Day Lewis en la película estupenda Gangs of New York de Martin Scorsese.
La otra mitad del libro, la de Cádiz, la del asedio francés, la de las Cortes liberales, la del mar y los barcos, sí que me ha encantado. Es en esta parte de la obra, la de novela histórica, donde Pérez-Reverte demuestra toda su maestría, hilvanando sin que se noten miles de datos históricos sobre vestimentas y costumbres, locales, arquitectura, artillería y navegación, que envuelven a los numerosos personajes que pueblan su novela y les crea un entorno físico y temporal completamente plausible, natural y espontáneo donde moverse y convivir. Es como los grandes directores artísticos de cine que son capaces de recrear en un estudio un barrio de Nueva York de mitad del siglo XIX sin que los espectadores nos demos cuenta del engaño. Por supuesto donde más en su salsa se encuentra es entre las maderas, telas y cabos de un barco a vela, ciñéndose al viento, saltando en la marejada, batiéndose a cañonazos que destrozan palos y cubiertas y si es contra los gabachos, miel sobre hojuelas. Y excusas no para de haber en todo el texto para recrearse tanto en uno como en el otro de sus vicios, la vela y dar caña a gabachos, y si se tercia también a los hijos de la pérfida Albión. Todo con mesura, en su justa medida y sin abusar. Esta mitad del libro tiene como eje narrativo tanto las desventuras del capitán francés Simón Desfosseux por conseguir salvar la distancia entre el fuerte de La Cabezuela y la Ciudad de Cádiz con alguno de sus morteros u obuses, y la relación amorosa entre Lolita Palma, una rica heredera de una firma comercial y Pepe Lobo, un capitán de barco metido a corsario del Rey a sueldo de Lolita Palma. Los dos personas serenas, sensatas, maduras, de mundos totalmente distintos a pesar de vivir en la misma ciudad, y aún así caen en ese viejo engaño llamado amor. Una historia que Pérez-Reverte teje magistralmente y que nos deja, como siempre, diálogos y párrafos soberbios sobre la naturaleza masculina y femenina:

- Entonces vamos a buscar mujeres.
- ¿Qué clase de mujeres, capitán? [contesta su oficial Ricardo Maraña]
- De las adecuadas a estas horas p 543

“De cerca [Pepe Lobo] percibe el aroma de [su] perfume, distinto al que suelen usar las mujeres de su edad. Éste es dulce y agradable, en todo caso. Fresco. Poco intenso. Bergamota, piensa absurdamente. Nunca olió la bergamota”. p 596

Sin embargo, Pérez-Reverte hace terminar la relación de la manera más desagradable posible: ella le engatusa con las armas de mujer de toda la vida, las que llevan usando desde que los humanos andamos por este mundo, y le convence egoístamente para que arriesgue su vida y la de sus tripulantes para salvar un navío de ella en una operación suicida. Le importa más la manera poco caballerosa que tuvo Pepe Lobo de terminar con un duelo, que la suerte que pueda correr su amado en esa arriesgada misión. Pepe Lobo se encomienda al diablo, zarpa en la noche, libera el navío en mitad de cañonazos, astillas y sangre y encuentra el destino que ha temido toda su vida, el destino que ha visto que les llegaba a todos los viejos marineros: pobreza y soledad. Un cañonazo le amputa una pierna y le marca la cara de un lado a otro y permanecerá toda su vida inválido, pidiendo limosna quizá por las callejuelas del puerto, sin hogar, sin esperanza... mientras ella sigue su displicente y rutinaria vida de sedas, despachos y tertulias.


domingo, 21 de julio de 2013

Lo que el mar no se lleva




Daniel Zaragoza
Editorial Círculo Rojo, 2013

Este pequeño libro presenta dos aspectos de gran interés que se entremezclan. Por un lado, la experiencia vital del autor que le empuja a escribir la obra. Dani es un compañero de mi grupo de escalada en Zaragoza, que en un momento dado su espíritu inquieto e impetuoso le lleva a dejar su trabajo, fontanero, su casa y su Harley-Davidson recién estrenada (esto último es lo que más me asombró), y se embarca con su pareja en un viaje a Tailandia sin fecha fija de retorno. Gran aficionado a la lectura, entre los numerosos proyectos que tiene en la cabeza para realizar durante el viaje figura la redacción de un libro donde reflejar esa forma de pensar y entender la vida en la que los miedos y las ataduras no le impiden perseguir sus sueños. 
Y así llegamos al segundo punto de interés, la propia obra. Sorprendente primera novela de un autor totalmente alejado de la literatura. La trama es sencilla, Fran, un joven de Oviedo viaja a Tailandia buscando cambiar y abrirse a otros mundos y a otras gentes. Allí conoce a Lia, una joven alpinista francesa, de la que se enamora. El personaje principal es, sin embargo, la propia Tailandia (un país que el autor conoce muy bien por sus viajes, lo que le permite describir de esa manera tan cercana sus playas turísticas, sus mares de aguas cristalinas donde practicar buceo, sus selvas pletóricas de vegetación, exótica fauna y sudor, sus paredes llenas de formas curiosas donde disfrutar de la escalada y sus sencillas y abiertas gentes) y el tsunami que en las navidades de 2004 azotó esta zona del planeta, arrasó con buena parte del país y terminó con la vida y las esperanzas de cientos de miles de personas. Como describe la novela, sufrir una catástrofe de esta naturaleza enfrenta a cada persona consigo mismo y revela sin tapujos la entereza y robustez de cada uno. La mayoría se hunde en su sufrimiento y se refugia en la autojustificación; otros, olvidan las desgracias y pérdidas personales y colaboran en ayudar a los demás.
Llama la atención la fluidez con la que el autor describe y moldea los personajes. Hay novelistas reputados que no saben crear personajes, que los hacen de cartón piedra, de reacciones encorsetadas, sin naturalidad y frescura. Este no es el caso. Por encima de los fallos formales en puntuación y ortografía, se va imponiendo el interés por la trama y las peripecias de los personajes a los que enseguida haces tuyos.
La forma en la que Dani ha elegido editar y distribuir el libro es un reflejo más de su estilo autodidacta y autónomo. La editorial únicamente se ha hecho cargo de diseñar la portada y de imprimir el número de copias que el autor les ha encargado, y es Dani el que tiene que buscar librerías donde vender los ejemplares, el que prepara charlas donde presentar su libro, etc. En la web personal del autor podéis encontrar las direcciones de las librerías y webs donde se puede adquirir el libro. Además en la misma web se ofrece información de los próximos proyectos del autor.

sábado, 6 de julio de 2013

Alicia anotada

 

Charles Dodgson, alias Lewis Carroll

Martin Gardner
AKAL, 2010.
El libro fue escrito en 1960 y esta edición en castellano en gran formato es la tercera reimpresión de la edición de 1984. La obra presenta dos grandes atractivos para el lector: por un lado, el gran trabajo de recopilación de datos y anécdotas tanto del autor Lewis Carroll como de la obra por parte del matemático Martin Gardner, y por otro, los maravillosos dibujos originales del ilustrador John Tenniel. Como toda obra anotada, la enorme proliferación de notas al margen convierte, a veces, la lectura del libro en un ejercicio largo y tedioso (especialmente cuando la nota en el margen es mucho más extensa que el párrafo al que alude y termina una o dos páginas más allá). Además la traducción  al castellano de la obra y de las notas hace que muchas de las notas sobre los poemas originales en los que se basó Lewis para escribir los suyos pierdan todo su significado y carezcan de interés. Sin embargo la mayoría de las veces las notas aportan detalles que ayudan a contextualizar la obra en su época y en el entorno cultural y personal del autor que de otra manera nos perderíamos. "La obra es un par de cuentos [repletos de chistes y disparates] escritos para lectores británicos de otro siglo y necesitamos saber muchísimas cosas que no están en el texto si queremos captar todo su sabor y su gracia. Peor aún: algunos chistes de Carroll sólo podrían entenderlos los residentes de Oxford; otros, más personales, las encantadoras hijas del decano Liddell nada más", escribe Martin Gardner en la introducción. Algo parecido a lo que se enfrenta cualquier turista del siglo XXI cuando mira un pórtico románico: toda la simbología del pórtico está dirigida a un público de hace 900 años que la entendía perfectamente, pero que cuyo significado se escapa totalmente al público actual y se hace necesario la ayuda e interpretación de expertos para poder entenderla más allá de la mera contemplación estética.
Mi conocimiento sobre estos famosos cuentos previo a la lectura de esta obra provenía únicamente de la película animada de Walt Disney: ¡ni siquiera sabía que en realidad eran dos cuentos (Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí)! Me ha resultado muy agradable comprobar que la película es bastante fiel al relato original, aunque hay varias escenas y personajes están tomados del segundo cuento, A través del espejo, como por ejemplo la inefable pareja Patachunta y patachún, que son los protagonistas del capítulo IV o la canción del sombrerero loco "Feliz no-cumpleaños" que está tomada de un diálogo de Alicia con Tententieso en el capítulo VI. Otros personajes secundarios tan queridos como la oruga fumadora, el gato Chesire o el mismo sombrerero loco son descritos y dibujados en la película de animación tal cual aparecen en el libro, aunque estos dos últimos no se encuentran en el manuscrito original que Lewis regaló a su musa, la niña  Alicia Liddell, y son añadidos posteriormente.
Algunas de las anotaciones que más me han interesado son, precisamente, las que hacen referencia a alguno de estos personajes, que aunque secundarios, para mí, son mucho más simpáticos, agradables y divertidos que la misma protagonista, que siempre me ha parecido irritante y mandona (algo parecido a lo que me sucede con el irritante Piolín y el lindo gatito Silvestre):
Anotación 2 del capítulo VII de Alicia en el país de las maravillas
"Sonríe como un gato un gato de Cheshire" era una expresión corriente en tiempos de Carroll. Se desconoce su origen. Las dos principales teorías son: (1) Un pintor natural de Cheshire (condado donde nació Carroll), pintaba leones sonrientes en las enseñas de las posadas de la región. (2) Los quesos de Cheshire se moldeaban en otro tiempo en forma de un gato sonriendo. "Ésta tiene un atractivo carrolliano especial", escribe la doctora Phyllis Greenacre en su estudio psicoanalítico de Carroll, "ya que sugiere la fantasía de que el gato de queso puede comerse a la rata que quiera comerse al queso".
p 80.
Anotación 7 del capítulo VII de Alicia en el país de las maravillas
La frase "loco como un sombrerero" era corriente en los tiempos de Carroll /.../ y muy probablemente deba su origen al hecho de que hasta hace poco los sombrereros se volvían efectivamente locos. El mercurio utilizado para tratar el fieltro (hoy día existen leyes que prohíben su empleo en la mayoría de Estados [de EEUU] y en casi todas las regiones de Europa) era la causa más normal del envenenamiento por mercurio. Las víctimas adquirían un temblor, llamado "del sombrerero", que les afectaba a los ojos y miembros y les embarullaba el habla. En los estados avanzados, tenían alucinaciones y otros síntomas psicóticos.
p 86.
La imagen de La Duquesa, por otro lado, parece que surgió de la imaginación de Tenniel y de la influencia de una pintura flamenca del siglo XVI. Se cree que la dama retratada en esa obra padecía la enfermedad de Paget, una oteitis deformante.
p 79 Anotación 1.
Las notas de Gardner también sirven para destruir toda la mitología que el propio Carroll construyó sobre su obra y limpiar de todo adorno y romanticismo la creación de la misma. Alicia en el país de las maravillas  comienza con unos versos ("En plena tarde dorada navegamos lentamente...") que evocan aquella supuesta tarde del 4 de julio de 1862 en que Carroll y su amigo el reverendo Robinson Duckworth llevaron a las tres encantadoras hermanas Liddell a una excursión en barca por el Támesis. /.../ El recorrido de la excursión fue de unas tres millas, empezó en Folly Bridge, creca de Oxford, y terminó en el pueblo de Goldstow. "Tomamos el té allí, en la orilla", consigna Carroll en su diario. /.../ Siete meses más tarde añade a esta anotación el siguiente comentario. "En esa ocasión les conté el cuento de las aventuras de Alicia bajo tierra..." /.../ Pero según los datos del departamento meteorológico de Londres en las proximidades de Oxford ese día fue "frío y bastante lluvioso"
p 21-23 Anotación 1.
Lo que no aclaran las anotaciones de Gardner es la naturaleza de las relaciones de Carroll con las múltiples niñas, incluida la alter ego de la protagonista, con las que trababa amistad, a las que hacía múltiples regalos y a las que fotografiaba. Muchas de estas niñas eran hijas de amigos y profesores de Oxford y no parece que hubiera nunca ninguna sospecha ni queja por parte de sus padres. No deja de sorprender que en la ultra puritana sociedad victoriana estas relaciones estuvieran aceptadas. Si trasladamos la situación a nuestros días no creo que nadie dudara de que se trataba de una pederastia encubierta y edulcorada.
La obra de Carroll ha sido fuente inagotable de metáforas para todo tipo de hipótesis y teorías científicas tanto en el campo de las matemáticas como en otras áreas como la biología o la física. Hay una hipótesis evolutiva llamada Reina roja (para más detalles ver el interesante libro The Red Queen de Matt Ridley), que explica, entre otros hechos, la coevolución experimentada tanto por depredadores como por las presas, basada en uno de los pasajes más célebres de la obra en el que la Reina roja y Alicia echan a correr, pero por mucho que corran y por muy deprisa que fueran seguían siempre en el mismo sitio:
-Bueno, en nuestro país -dijo Alicia jadeando todavía un poco-,habríamos llegado a algún sitio... si hubiéramos estado corriendo deprisísima tanto tiempo, como hemos corrido aquí.
-¡Pues sí que es lento ese país! -dijo la Reina-. Aquí, como ves, necesitas correr con todas tus fuerzas para permanecer en el mismo sitio. Si quieres ir a otra parte, tienes que correr lo menos el doble de deprisa.
p 197 y 198.
Curiosamente este pasaje lo tenía confundido en mis recuerdos infantiles de Disney y lo atribuía a la Reina de Corazones.

Más citas:

Parece que el tema del espejo fue una adición tardía al relato, Tenemos la palabra de Alicia Liddell de que buena parte del libro está basada en cuentos sobre el ajedrez que Carroll les contó a las pequeñas Liddell en una época en que estaban aprendiendo entusiasmadas a jugar a ese juego.
Hasta 1868 no intervino otra Alicia, Alicia Raikes, prima lejana de Carroll, al sugerirle el motivo del espejo. Así es como contó ella el hecho en el Times de Londres, el 22 de junio de 1932:
“De pequeñas, vivíamos en Onslow Square y jugábamos en el jardín, detrás de las viviendas. Charles Dogson solía ir allí a estar con un viejo tío, y pasear arriba y abajo, con las manos detrás por la franja de césped. Un día, al oír mi nombre, me llamó y me dijo: “Conque tú eres otra Alicia, ¿eh? Yo quiero mucho a las Alicias. ¿Te gustaría venir a ver algo asombroso?”.
Le seguimos a su casa, que, como la nuestra, daba al jardín, y pasamos a una habitación llena de muebles, con un espejo alto de pie en un rincón.
“Vamos a ver”, dijo, dándome una naranja, “primero dime en qué mano la tienes”. “EN la derecha”, dije yo. “Bueno”, dijo él, “ve y ponte delante de ese espejo, y dime en qué mano la tiene la niña que ves en él”. Después de mirar un rato perpleja, dije: “En la izquierda”.
“Muy bien”, dijo él, “¿y cómo explicas eso?”. Yo no sabía explicarlo, pero viendo que esperaba una solución, aventuré: “Si yo estuviera en el otro lado del espejo, ¿no seguiría estando la naranja en mi mano derecha?”
Recuerdo que se echó a reír. “Bien dicho, Alicia”, dijo él. “Es la mejor respuesta que me han dado hasta ahora”.
Entonces no supe nada más, pero años después me contaron que él había dicho que le había sugerido la primera idea para A través del espejo, uno de cuyos ejemplares me envió, como hizo con cada uno de sus otros libros, regularmente.”
Anotación 4, cap 1 p 170
"¿Oyes la nieve contra los cristales de la ventana, Kitty? ¡Qué delicada y suave suena! Exactamente como si alguien besase la ventana desde fuera. Me pregunto si amará la nieve a los árboles y los campos, a los q besa con tanta dulzura"
p 168
-Ahora está soñando -dijo Patachún-; ¿Con quién dirías tú que está soñando?
-Eso no se puede saber -dijo Alicia.
-¡Pues contigo! -exclamó Patachún palmoteando triunfalmente-. Si dejase de soñar contigo, ¿dónde crees que estarías tú?
-Donde estoy ahora, naturalmente -dijo Alicia.
-¡Ni mucho menos! -replicó Patachún con desprecio-. No estarías en ninguna parte. ¡Vamos tú no eres más que un objeto soñado por él!
p 223 y 224
Hay aquí, en los sueños paralelos de Alicia y el Rey Rojo, una extraña especie de petición de principio. Alicia sueña con el Rey Rojo, el cual está soñando con Alicia, que a su vez sueña con el Rey Rojo, y así sucesivamente, como dos espejos frente a frente, o como esa absurda caricatura de Saul Steinberg en la que una señora delgada que está pintando el retrato de una señora gorda que pinta el retrato de una señora delgada, y así sucesivamente, cada vez más adentro de los dos lienzos.
Anotación 7 p 224
-Cuando yo empleo una palabra -dijo Tententieso en tono despectivo- significa exactamente lo que yo quiero que signifique, ni más ni menos [El ex-presidente José Luis Rodríguez Zapatero acuñó una célebre frase con la que sustentó buena parte de las actuaciones de sus dos legislaturas que parece una paráfrasis de este diálogo: "Las palabras deben estar al servicio de la política, y no al revés"].
p 252
En matemáticas se gastan iguales cantidades de energía en discusiones inútiles sobre el “significado” de expresiones tales como “número imaginario”, “número transfinito”, y demás.
Anotación 6 p 253
-No sabe la Sustracción -dijo la Reina Blanca-. ¿Sabes la división? a ver, divide un pan con un cuchillo..., ¿qué resultado te dará?
-Creo... -empezó Alicia, pero la Reina Blanca contestó por ella. "Pan-con-mantequilla, naturalmente. Pureba a calcular otra sustracción- Quítale el hueso a un perro; ¿qué os queda?".
Alicia reflexionó. "El hueso no quedaría, naturalmente, si se lo quito... y el perro tampoco, porque echaría a correr detrás de mí para morderme... ¡y desde luego, yo tampoco!".
-Entonces, ¿crees que no quedaría nada? -dijo la Reina Roja.
-Creo que ese sería el resultado.
-Mal, como siempre -dijo la Reina Roja-: quedarían los estribos del perro. /.../ El perro perdería los estribos, ¿no es así? /.../ ¡Así que si se fuera el perro, se quedarían los estribos! -exclamó triunfal la Reina.

p 298