viernes, 31 de julio de 2015

El Rojo



Bernhard Kegel
Ed. Planeta, 2009

Me encontré con este libro gracias a la compañera que se encarga de la biblioteca de mi instituto. La verdad es que no las tenía todas conmigo al principio, ¿una novela de biología?, a pesar de que soy profesor de Ciencias naturales. Y de hecho el libro se quedó unos cuantos días en la mesa sin decidirme a abrirlo. Al final la vergüenza de que se terminaran las vacaciones y tuviera que devolver el libro sin leerlo me empujó definitivamente a empezarlo. Empezarlo y quedarme atrapado en él fue todo uno, a pesar del escaso interés que despierta el personaje principal, Hermann Pauli, profesor alemán experto en calamares. Ya no es sólo que el tema de su investigación sea poco atractivo, cuando se piensa en zoólogos la gente se imagina enseguida ballenas o leones, pero, ¿calamares?, ¿qué puede haber de interés en esos bichos blandos y amorfos?, sino sobre todo por su carácter pusilánime, derrotista y apagado. Tras enviudar se marcha de vacaciones a Nueva Zelanda, un lugar que ya visitó en el pasado con su mujer. Mientras se encuentra en un pueblo costero llamado Kaikoura, Nueva Zelanda, famoso entre los turistas por el negocio de avistamiento de ballenas, es testigo de un gran desastre natural: un enorme corrimiento de tierras en el lecho submarino provoca la muerte de un gran parte de la fauna marina del lugar y la aparición de un enorme calamar rojo que va a atraer por igual el interés científico y el miedo de los habitantes.
Por muy interesante que sea la trama, lo que realmente me atrajo del libro fueron los paisajes submarinos de las islas, tanto los descritos en la obra como los que la curiosidad me llevó a buscar en internet. Nueva Zelanda se encuentra en el límite de dos placas tectónicas que están chocando: al norte de las islas es la placa pacífica la que se hunde, subduce, y al sur es la placa australiana. Al hundirse las placas se doblan y dejan grandes huecos que forman las fosas abisales. Nueva Zelanda tiene varias fosas y cañones submarinos de enorme profundidad donde viven grandes calamares de los que se alimentan los cachalotes cuyo avistamiento constituye el principal atractivo turístico de la zona.
No puedo decir que todos los libros consigan despertar esa curiosidad mientras los leo.

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