viernes, 4 de septiembre de 2009

Historia del Rey Transparente




Rosa Montero

Santillana Ediciones Generales, S.L.

Este es el segundo libro de Rosa Montero que leo. El primero fue Temblor, hace muchos años. Tengo tan buen recuerdo de ese libro que no dudé en comprarme la versión de bolsillo de Historia del Rey Transparente en cuanto la vi en una librería de la estación de autobuses de la Avenida América de Madrid. Buscaba algo con lo que entretenerme durante el viaje hasta Zaragoza y no pude encontrar mejor opción.

Es una novela histórica sobre la Edad Media, concretamente sobre el siglo XII en el sureste de Francia. En ella aparecen damas, caballeros, torneos, castillos, cruzados, brujas, cátaros, la Santa Inquisición… en fin, todo el paquete completo de lo que no puede faltar al escribir sobre el medioevo. Bueno, quizá sí, faltan los templarios. A pesar de tratar todos estos lugares comunes, (y de todas formas, ¿cómo se puede hacer una peli del oeste sin indios ni vaqueros?), la autora consigue una novela amena e imaginativa sin necesidad de inventarse imposibles conspiraciones milenarias. Aquí no hay misteriosos mensajes ocultos que aparecen después de siglos y cuya revelación cambiará el curso de la historia. Es más bien como dice la propia autora una novela de aventuras, las de su protagonista, Leola, una campesina que para salvar la vida decide robar una armadura y hacerse pasar por caballero. Esta farsa va a dar lugar a un gran número de peripecias a lo largo de la huida que comienza para ella en ese momento. Y así la autora nos va trazando un retrato del siglo XII muy alejado de la imagen idealizada del romanticismo: nos habla de los destrozos causados por los hombres de hierro, los caballeros, y sus soldados, de las rígidas normas de esa sociedad donde no importaba el individuo, sino su posición social, de la intransigencia de los fanáticos religiosos, de la vida en las ciudades libres o en una refinada corte real. En ocasiones llega a detalles minúsculos y nos describe cómo se hace una vela a partir de sebo de cordero o cómo se cuida una armadura para que no se estropee. No faltan tampoco los toques de fantasía, empezando por la leyenda que da nombre a la novela, la historia del rey transparente que causa desgracias a todo aquel que la narra, animales fabulosos como el basilisco, capaz de matar a quien le mire, o las narraciones de la corte del rey Arturo y de la isla Avalon.

Pero todo esto es solo el vestido, el aterezzo. La propia autora desvela en las consideraciones finales del libro que el objetivo de la novela es retratar el momento de esplendor cultural y de libertad que vivió Europa en ese siglo personificado en el destino de los cátaros. Unos cristianos que fueron calificados de herejes por la Iglesia Católica y que se refugiaron en Occitania bajo la protección del conde de Tolosa. En esos territorios donde vivieron reinaba la tolerancia, la sensatez y era clara la preponderancia de la mujer. Sin embargo, la intolerancia religiosa se impuso y esa “hermosa juventud” se apagó. Los cátaros fueron derrotados primero militarmente por la cruzada que organizaron el Papa y el Rey de Francia y posteriormente por la represión de la Santa Inquisición que los persiguió sin tregua hasta exterminarlos. Toda la novela tiene un poso melancólico que me recuerda a los documentales sobre el verano del amor en el 67. La autora deja abierta una puerta a la esperanza al expresar su hipótesis de que “el poder siempre absorbe parte de lo que aplasta” y así siglos más tarde surgió el Renacimiento, a partir de “los residuos de aquel tiempo luminoso”.

En el mismo apartado de consideraciones finales la autora confiesa los trucos que ha utilizado en la narración, siendo el más empleado la unión de personajes o hechos que ocurrieron en realidad muy separados en el tiempo. Además nos deja unas recomendaciones finales en forma de un pequeño listado de libros para todos aquellos que quieran indagar más en esta época.

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